viernes, 15 de abril de 2011

Cumpleaños Vicente Ferrer, Orfanato Gooty y Fiesta en el Campus

El sábado día 9 de Abril ha sido declarado cómo el día del cumpleaños de Vicente Ferrer. En realidad, muy probablemente no es su cumpleaños. Nunca se ha sabido el día. Anna Ferrer nos contó que eligieron el 9 puesto que el 8 era el de ella.

Aquí Vicente es muy, muy querido, cómo podréis imaginar. Y los blanquitos que trabajamos en RDT también. Es extremo el respeto y admiración que nos tienen. La gente nos saluda por la calle sin conocernos, nos preguntan nuestro nombre y nos quieren dar la mano, tocarnos, que nos acerquemos a los bebés… por la figura a la que representamos. Los niños nos persiguen rato… Algunos más vergonzosos no dicen nada, pero nos miran fijamente hasta que consiguen nuestra sonrisa.

La ciudad está llena de estatuas de bronce de personajes importantes como Churchill. Como no, también hay una de Vicente, no muy lejos del Campus I, el principal.

El sábado se decidió que se iba a trabajar cómo todos los demás sábados, ya que a él hubiera sido lo que más le hubiera gustado. Pero en su honor, a las 8 de la mañana se organizó una quedada delante de un altar improvisado a las puertas del campus.





Seguidamente, marchamos todos, indios y españoles, hacia la estatua para colocarle los collares de flores típicos de aquí, siempre que se celebra alguna festividad o aniversario.









Sus colores preferidos eran blanco y azul, así que todos intentamos que nuestra vestimenta fuera de acuerdo con sus gustos.





A nuestra vuelta, se organizó un desayuno colectivo a las afueras de la cantina antes de volver al trabajo.


Sin embargo, entre los cooperantes y voluntarios habíamos hecho una recolecta de dinero para destinar material y regalos a niños de un orfanato con el que la fundación colabora en la ciudad de Gooty, no muy lejos de la nuestra. 7 de nosotros, Marina y yo incluidas, tuvimos la suerte de escaparnos de nuestros puestos para visitarlos y repartir todo lo que habíamos comprado.

Al llegar, los niños, todos portadores o afectados de SIDA, nos recibieron con tambores al son específico de la región para dar la bienvenida. Indescriptible emoción… las lágrimas empujaban cómo agua que quiere brotar de un manantial, pero tenía que aguantar. Ellos sonreían felices por nuestra presencia. No les podía fallar, dándoles a entender pena.




Aquí son constantes los momentos en los que uno debe aprender a olvidarse de su propio sentimiento de lástima y frustración por la impotencia de no poder hacer nada para cambiar la situación…y buscar recursos alternativos para gestionar lo sentido. En mi caso, día a día agradezco más y más la suerte que tengo de ser quién soy y tener todo lo que tengo. Son innumerables los instantes en los que una levanta la vista y sólo puede cantar un gracias al Universo, a Dios, a Alà o a quien pertoque.

Como decía el maestro Eckhart: si la única oración que dijera en toda su vida fuera GRACIAS, con ello bastaría.

Jugamos con ellos, bailamos, cantamos y repartimos todo lo que llevábamos.



Nos cantaron una canción.


Una curiosidad a destacar es que uno de los detalles fueron patatillas y pastelitos dulces. Su máxima alegría fue poder dar a la boca de los demás, incluidos nosotros, un trocito de su porción, y gozar del momento de COMPARTIR.





¿Qué pensaran? ¿Qué sentirán? ¿Qué saben? ¿Qué esperan?
Desde pequeños se les intenta hacer entender cuál es su situación, aunque no siempre es fácil.

Se les ve felices, contentos, agradecidos por la suerte que tienen de no estar tirados en la calle o en familias que no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos.

Se volvieron locos con las cámaras de fotos. ¡Qué guay ver una imagen de ellos mismos! Además fue muy gracioso verlos venir uno detrás del otro a realizarnos un juego de manos que terminaba con la expresión ¡FRIENDS!... Ya eran nuestros amigos.





Evidentemente viven de la manera más humilde posible, en habitaciones colectivas cuyas camas son una alfombra en el suelo y sus armarios unas cajas de metal que contienen máximo dos mudas.
Este es el teléfono del orfanato.


Antes de marcharnos, nos colocaron en el pelo las flores típicas que llevan las mujeres... Huelen muy bien y espantan a los mosquitos.



Después de pasarnos el resto de día pensativos sobre lo que habíamos presenciado y dado que dos voluntarios se marchan y otro cumplía años, se organizó una fiesta en el Campus.

Primero fuimos a cenar a un restaurante en el que se puede beber cerveza.



A la vuelta, nos metimos los 20 y pico en una furgoneta. ¡¡Algunos sobre la furgoneta!! A lo ¡qué apostamos! ¡¡¡Total!!!



Luego nos dejaron una habitación para montarnos nuestra fiestecita de Saturday Night… Fabricamos mojitos y nos divertimos bailando. Nada más lejos que la marcha de weekend después de una larga semana de trabajo.




Una sonrisa para todos.

Cris.

3 comentarios:

  1. Hola Cris. Creo que esta vez lo he conseguido. Besos

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  2. Cris. Continúa escribiendo. Me siento orgulloso de ti. Te quiero. Besos

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  3. Me encanta!!! es como si estuviera con vosotraaaaassss!!! :)
    BESOSMIL!!!!

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