viernes, 25 de noviembre de 2011

Jaipur: ¡a por telas!

El pájaro tiene su nido,
La araña su tela,
El hombre la amistad.
William Blake

Divertido, provechoso, eficaz… un viaje de trabajo que repetiría mil y una veces.

Safia, la coordinadora de los talleres de artesanía, quién también estuvo en Delhi el pasado mes; Irene Ozonas, gran diseñadora que año tras año da lo mejor de sí para enseñar a fabricar productos originales y diferentes a las nenas; y una servidora. Teníamos una tarea importante: encontrar telas con estampados bonitos, a buen precio y buenas condiciones para las nuevas colecciones de home-deco y textiles entre otros.



No era tarea fácil… Jaipur, una ciudad del Rajastán, al noroeste del país, está llena de productores de todo tipo de artesanía. Especialmente joyería y telas. Entender los tejemanejes del negocio y conseguir llegar a los que verdaderamente producen para mayoristas no fue sencillo. Y menos siendo tres mujeres jóvenes, dos de ellas europeas.

Visitamos varias tiendas y fábricas…







Y a pesar de pasar horas y horas observando diseños de todos los colores y formas, de precios dispares y materiales diversos, pareciendo imposible decidirse, acabamos muy satisfechas habiendo encontrado lo que queríamos y lo que se ajustaba a nuestras expectativas.

Pero lo más bonito de todo fue la compenetración entre las tres. Cada una era especialista en una parte del trabajo. Así, el conocimiento agregado facilitó conseguir el objetivo. Una coordinación excelente, con paciencia y confianza, y con simpatía y buen humor en todo momento. Sí señor, ¡viva el trabajo en equipo!

Y es que conforme pasan el tiempo, más cuenta me doy de la importancia del concepto equipo… El individualismo en el terreno profesional, cómo única forma de desarrollo de actividades laborales, es, a mi modo de ver, un absurdo fruto del egoísmo y desconfianza, de la impaciencia y la inseguridad. Cierto es que cada uno debe saber ocupar su lugar, igual que saber qué lugar ocupa… Y quizás para unos es más complicado aceptar su posición y todo lo que implica, entender y mantenerse en la misma, ya sea de más o menos categoría, por llamarlo de alguna forma. Pero con motivación, ganas y sobretodo, con una pirámide de liderazgo invertida, dónde el respeto por todos y cada uno de los compañeros está presente y dónde todas las personas son seres humanos antes que trabajadores enumerados, es posible, muy posible. No es la primera vez que lo compruebo… y no creo en la suerte, sino en la Buena Suerte, de aquellos que la buscan.

Pues muy cierto es que el director del colegio no trata tanto con los alumnos como lo hace el profesor, igual que el del hospital con los pacientes como los enfermeros… El deber de éstos primeros es servir y facilitar el trabajo a aquellos que sí atienden al consumidor último. Y no al revés.

Además, tuvimos la suerte de alojarnos en un hostalito monísimo en pleno centro. Con aspecto de palacio antiguo. Las habitaciones se situaban en varios pisos irregularmente construidos, unidos por escaleras elegantes y arcos detalladamente pintados y decorados.




Unas terracitas de uso común dónde poder desayunar, leer o simplemente relajarse y descansar después de la completa jornada de trabajo, se disponían fuera de cada una de las habitaciones. ¡Muy acogedor!

Jaipur es conocida también cómo la ciudad rosa… Pues en 1905, a la llegada del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria de Inglaterra, se decidió dar este color cómo símbolo tradicional indio de bienvenidas oficiales. Está llena de palacios antiguos, cómo el famoso Palacio de los Vientos. También cuenta con largas y enormes calles de bazares, con el mismo acabado. Recordé con ternura mi primera visita a la ciudad en enero de 2007, con mis tres mosquteros (Papi, Mami y Bielito)




Otros momentos geniales: compartir desayunos, comidas y cenas con estas dos compañeras y amigas. Safia probó comida mediterránea... Lo que más le gustó: un trozo de pizza hecha al horno, muy buena. Los canelones y la ensalada no tanto, pues los alimentos crudos no son popular en la cultura, cómo no es la cocina sin picante. Sin embargo probó, que ya es mucho. Es una mujer muy moderna y abierta, digna de admirar en el entorno rural y subdesarrollado en el que vive.

Además, sabe cuales son mis galletas preferidas… Antes de marcharnos, había comprado un paquete para que no me faltara el deseadísimo postre o tentempié en ningún momento. ¡Mis queridas bourbons de chocolate!



He aquí pues un breve resumen de estos días de ruta norte, encantadores e inolvidables. Tres profesionales, dos amigas, un equipazo.



Un abrazo

Cris

martes, 22 de noviembre de 2011

11.11.11 y un chocolate

Hacen falta cuarenta músculos para fruncir el ceño, pero tan sólo quince para sonreír.
Swami Sivananda

Mi madre me repitió muchas veces que este 2011 sería mi año…Sabia ella, sabía que ya había acumulado el aprendizaje y las experiencias necesarias durante el pasado que harían que, junto con la aventura por emprender a la India, diera un paso en adelante, firme y definitivo. ¿Cuál? El bienestar, su significado, los recursos y pautas para afrontar momentos más difíciles y disfrutar al máximo de aquellos más felices.
Mi mamá tenía razón… este es mi año, y Noviembre mi mes, el 11. Un mes de recopilar información, decidir y asentar la metodología de mejor gestión, necesaria, del cúmulo de emociones y vivencias. Y sentir un completo bienestar, absoluto. No falta nada.

Se une el día…día 11. A sabiendas del año y el mes, deseaba que fuera un día especial… Pero en realidad gran parte de la jornada fue cansada y no muy motivante, sin apenas sonrisas o muestras de cariño. Hasta acercarse el anochecer… A la salida del trabajo, carente de energía, decidí ir a por algo de ejercicio físico. Me vendría bien, cómo de costumbre. De camino, pensé en comprarme un pequeño dulce regalándome un momento de placer.

De repente, a pocos metros del tendedero que los vende, se cruzaron a mi paso cuatro niños alegres y saltarines. Uno de ellos me saludó con expresión simpática y amable, para acto seguido extender su maño hacia mi, con el puño cerrado. Cuál mi sorpresa que al abrirlo, veo una bolita de chocolate envuelta de papel de plata decorado con puntos de colores.

For me Darling?
For you Antie…

Me robó, en cuestión de segundos, la mayor de las sonrisas. Sincera y emocionada, le di las gracias y marché.



Pensativa, me quedaba un tramo de rickshaw y otro más oscuro, de paseo hacia el recinto deportivo. Reconocí un sentimiento: añoranza… La sesión fue estupenda, pues activé mis músculos mientras imágenes de aquellos que tanto quiero y tan lejos están iban pasando por mi mente una tras la otra.

A la salida ya era de noche completamente, aunque parecía haber más luz de lo habitual… Alcé la vista y vi esta imagen:



una preciosa y perfecta Luna llena que alumbraba mi camino.

Entonces recordé que todos vemos la misma, por muchos kilómetros que nos separen… La Luna me robó unas lágrimas, que le agradecí, pues lo necesitaba. Y conseguí sentirme cerca de esos a los que añoro, al menos un poquito más.

Al día siguiente, participé en una meditación conjunta de bienvenida a la Era Acuario, disfrutando de los cánticos y momentos de elevación. Saqué dos cartas que la menorquina Maria Llompart, nuestra querida profe de yoga, había preparado para nosotros.

Los ángeles están contigo. Despreocúpate de tu gran reto. Sólo busca tu alegría interior y tu bienestar.

Bienestar, ¡qué gran vocablo! Tantas veces confundido con felicidad…

Entonces encontré esta otra imagen:


Sí, también a todos nos alumbra el mismo Sol.

Pues tantas fuentes de energía, simples, humildes, sencillas se encuentran en nuestro alrededor… Unas fijas, el Sol y la Luna. Otras inesperadas, un chocolate. Si uno es capaz de encontrarlas y sacarles partido, confiando que existen permanentemente, entonces todo es relativo, más fácil y mucho más hermoso.

Y las sonrisas más abundantes. Positivo sin duda, teniendo en cuenta que no es posible sonreir a la vez que tener pensamientos negativos.

Un abrazo

Cris