Hacen falta cuarenta músculos para fruncir el ceño, pero tan sólo quince para sonreír.
Swami Sivananda
Mi madre me repitió muchas veces que este 2011 sería mi año…Sabia ella, sabía que ya había acumulado el aprendizaje y las experiencias necesarias durante el pasado que harían que, junto con la aventura por emprender a la India, diera un paso en adelante, firme y definitivo. ¿Cuál? El bienestar, su significado, los recursos y pautas para afrontar momentos más difíciles y disfrutar al máximo de aquellos más felices.
Mi mamá tenía razón… este es mi año, y Noviembre mi mes, el 11. Un mes de recopilar información, decidir y asentar la metodología de mejor gestión, necesaria, del cúmulo de emociones y vivencias. Y sentir un completo bienestar, absoluto. No falta nada.
Se une el día…día 11. A sabiendas del año y el mes, deseaba que fuera un día especial… Pero en realidad gran parte de la jornada fue cansada y no muy motivante, sin apenas sonrisas o muestras de cariño. Hasta acercarse el anochecer… A la salida del trabajo, carente de energía, decidí ir a por algo de ejercicio físico. Me vendría bien, cómo de costumbre. De camino, pensé en comprarme un pequeño dulce regalándome un momento de placer.
De repente, a pocos metros del tendedero que los vende, se cruzaron a mi paso cuatro niños alegres y saltarines. Uno de ellos me saludó con expresión simpática y amable, para acto seguido extender su maño hacia mi, con el puño cerrado. Cuál mi sorpresa que al abrirlo, veo una bolita de chocolate envuelta de papel de plata decorado con puntos de colores.
For me Darling?
For you Antie…
For you Antie…
Me robó, en cuestión de segundos, la mayor de las sonrisas. Sincera y emocionada, le di las gracias y marché.
Pensativa, me quedaba un tramo de rickshaw y otro más oscuro, de paseo hacia el recinto deportivo. Reconocí un sentimiento: añoranza… La sesión fue estupenda, pues activé mis músculos mientras imágenes de aquellos que tanto quiero y tan lejos están iban pasando por mi mente una tras la otra.
A la salida ya era de noche completamente, aunque parecía haber más luz de lo habitual… Alcé la vista y vi esta imagen:
una preciosa y perfecta Luna llena que alumbraba mi camino.
Entonces recordé que todos vemos la misma, por muchos kilómetros que nos separen… La Luna me robó unas lágrimas, que le agradecí, pues lo necesitaba. Y conseguí sentirme cerca de esos a los que añoro, al menos un poquito más.
Al día siguiente, participé en una meditación conjunta de bienvenida a la Era Acuario, disfrutando de los cánticos y momentos de elevación. Saqué dos cartas que la menorquina Maria Llompart, nuestra querida profe de yoga, había preparado para nosotros.
Los ángeles están contigo. Despreocúpate de tu gran reto. Sólo busca tu alegría interior y tu bienestar.
Bienestar, ¡qué gran vocablo! Tantas veces confundido con felicidad…
Entonces encontré esta otra imagen:
Sí, también a todos nos alumbra el mismo Sol.
Pues tantas fuentes de energía, simples, humildes, sencillas se encuentran en nuestro alrededor… Unas fijas, el Sol y la Luna. Otras inesperadas, un chocolate. Si uno es capaz de encontrarlas y sacarles partido, confiando que existen permanentemente, entonces todo es relativo, más fácil y mucho más hermoso.
Y las sonrisas más abundantes. Positivo sin duda, teniendo en cuenta que no es posible sonreir a la vez que tener pensamientos negativos.
Y las sonrisas más abundantes. Positivo sin duda, teniendo en cuenta que no es posible sonreir a la vez que tener pensamientos negativos.
Un abrazo
Cris
Cris
:)
ResponderEliminarsandra
No he podido evitar derramar unas lágrimas,de añoranza, de recuerdo viendo la luna juntas, de alegría por saber que de algo te ha servido, de paz por la alegria, positividad y felicidad que emana de tus palabras y que gran verdad mejor esbozar una sonrisa (aunque se parta el alma), que fruncir el ceño.
ResponderEliminarEstemos donde estemos, siempre tendremos nuestra LUNA Y NUESTRO SOL,porque en este momento solo seran nuestros.
Ahora sé que cada vez que mire a la luna o al sol nacerá en mi una sonrisa. Y en esa sonrisa estás tú. Gracias.
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