Cita popular
No se si Dios le ayuda o no. De hecho, cómo decía Benedetti: “No se si Dios existe. Pero si existe, se que no le molestará mi duda” Lo que sí compruebo casi todas las mañanas es que la naturaleza, sobretodo el Rey Sol (que siempre está aunque no lo veamos) me llena de energía y me permite poco a poco repartirla durante el día, tanto en las tareas o actividades que lleve a cabo cómo en la que requiere la constante y necesaria gestión emocional.
Además, aquí tengo la grandísima suerte de contar con otras fuentes de la misma, que sirven no sólo para prepararme físicamente, sino para fortalecer mi espíritu, relajar mi mente y mis pensamientos, convirtiendo mis expectativas y sentimientos del momento en brotes de agua de la fuente del Amor.
Escucharme y mirar hacia adentro desde esa perspectiva es la finalidad. Entonces, cada día es una nueva ilusión.
Salgo de casa y caminamos un rato. Hoy por hoy, voy acompañada de mi amiga Miriam. Lleva más de cinco años aquí y me enseña mucho, comparte todo conmigo y ese es su legado para mí. Se marcha en menos de dos meses… Así pues, cómo ocurre habitualmente, unos se van y otros vienen. Una persona digna de admirar y conocer. Recientemente se ha publicado una entrevista en la que explica parte de su experiencia. http://www.fundacionvicenteferrer.org/
Aprovecho para invitaros a leerla.
El primer tramo es un caminito de tierra, con escasas casas a los lados, que da a una carretera estrecha que une mi pueblo con otro pequeñito y aislado.
Los vecinos ya están despiertos…
Namasté!!! Namasté!! Good Morning!!
Bagunaua? Bagunanú!!
¡¡Miriam Madam!! ¡¡Miriam Madam!!
Y ya se empieza también a oír mi nombre… pues es fácil que nos conozcan. Somos las “guiris” de la zona.
Los niños y algunas mujeres aprovechan para darnos la mano… ¡les hace una tremenda ilusión que estemos conviviendo con ellos! La mayoría saben el porqué de nuestra estancia aquí, y se sienten muy agradecidos.
Y a nosotras también. ¡Ojala supieran que probablemente todavía más! Pero es difícil explicárselo…desgraciadamente.
La alegría y las sonrisas persisten mañana tras mañana, no importa que tiempo hace, ni ninguna circunstancia.
Mis preferidos… ¡los nómadas!
Esta área esta reservada para ellos… Se instalan con sus tiendas de campaña, algunas compradas y otras fabricadas manualmente con cuatro palos y unas telas. Las familias tienen trabajo aquí hoy. ¿Mañana estarán? Quizás sí, quizás no.
Señores…¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡estampida!!!!!!!!!!! Nos divisan a lo lejos y es el “start” de su carrera particular para hablar un rato con nosotras, pedirnos que les hagamos una foto si llevamos cámara o simplemente saludarnos, antes que prosigamos. De hecho, puede que el tiempo que se queden sean nuestros compis de deporte matutino.
Los niños que aparecen en las imágenes se han aficionado y se unen al paseo, son un ejemplo.
Aunque no son los únicos…
La semana pasada fueron otros tres chavalines, que volvían de su entreno de cricket, quienes decidieron acompañarnos. Vestidos de blanco roto por el color marrón del polvo y la tierra y aún haber dado por finalizada su sesión diaria, no dudaron en ampliar un poco más su actividad por la novedad que suponía.
Mi nivel de Telugu es bajo. Su inglés también, a veces nulo. Sin embargo, nos solemos entender bien. ¡Una gozada! La magia de la comunicación no verbal se refleja en las distendidas conversaciones.
Bien… llegamos a la carretera. ¡Todos a correr!
En el camino siempre nuevas sorpresas, nuevos personajes, nuevas situaciones… O no tan nuevas, pues muchos transeúntes son vecinos de la zona, que van a trabajar al campo. No obstante, la ilusión por vivirlas no se marcha, pues es la rutina idónea para empezar el día, me reitero.
A nuestro paso encontramos primero la entrada principal del campus. Aquí viven, entrenan y estudian los niños y niñas sordos. Aprender algo de lenguaje de signos es sin duda muy gratificante. Aunque sino sabemos da igual… se las saben todas para hacerse entender. ¡Precioso!
Más adelante, dejamos a nuestra derecha el monte que sube al templo de los monos, muy conocido en la zona. Es una excursión preciosa… Desde lo alto, la vista es muy amplia. Se divisan, entre otros, los dos campus del pueblo (Bukaraya Samudram) y un poco más a lo lejos, la ciudad de Anantapur, dónde está el campus principal y nuestra oficina.
Pero subir no es parte de nuestra ruta.
También a nuestro paso árboles de muchos tipos diferentes, aún ser una zona árida. Y flores, muchas flores de colores vivos.
Hoy concretamente ha sido el día de recogerlas… Durante el paseo, los nómadas me han ido regalando varios ejemplares… Las primeras entregas, flores sueltas que me han colocado en el pelo al llegar a nuestro destino. Después el resto ya se ha animado, y los regalos han sido brotes enteros que he cargado hasta casa, pues en un jarro han llenado mi hogar de color y vida.
Por fin pues, llegamos a la meta: el pequeño templo de Sarasuathi. La religión hindú es compleja, mucho. Hay innumerables dioses y reencarnaciones de los mismos, más las mil y una relaciones entre ellos. Lo que sabemos seguro es que aquí se viene específicamente a rogar por la fertilidad… Y que las mujeres dejan sus bangles (pulseras de plástico típicas de la India, complemento de sarees y punjabis)
Es el momento de relajarse, agradecer, meditar y respirar profundo.
Los niños de cricket me explicaron el ritual: situarse de pié frente a la diosa, hacer sonar la campana y tocar la figura que representa los pies de la misma, colocando los brazos doblados en posición horizontal y las manos juntas en vertical. Seguidamente, acercarse al cuenco de barro lleno de cuncum, (polvo de rangoli). Este concretamente es de color rojo, aunque también es habitual encontrarlo en otros colores como blanco o amarillo. La finalidad, colocarse un punto en el entrecejo cómo símbolo de reconocimiento a su dios/a.
Un detalle importante: es necesario descalzarse, pues es un lugar sagrado y esa es la tradición. Se considera una falta de respeto el no hacerlo. (No dudaron en llamarme la atención)
Llega el momento de volver… Respiramos y a correr otra vez. Visualizar la duchita fresca (¡Ojo! ¡A cubitos!) y el suculento y sabroso desayuno que nos espera da fuerza para no parar hasta llegar a casa.
Eso sí, unas cuantas abdominales y estiramientos entre risas, justo al llegar, son la guinda.
¡Qué suerte tenemos...!
Así pues, espero que hayáis disfrutado del paseo conmigo…
Así pues, espero que hayáis disfrutado del paseo conmigo…
¡Estáis todos invitados!
Este post dedicado a Miriam. ¡Te quiero! Gracias por todo, de todo corazón.
Abrazos calurosos (40ºC ) :D
Cris
Reina es un placer compartir las sonrisas mañaneras contigo ;+D es parte de lo que me llevo para España...yo tambien te quieroooooo!!!! que el querer es gratis y nos hace crecer el corazón...smuakas!
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